Aunque
ya en el año 1989 la Asamblea Mundial de la Salud aprobó
una resolución instando a eliminar el tétanos
neonatal en todo el mundo para 1995, lo cierto es que 13 años
después se siguen produciendo numerosos casos de esta
terrible enfermedad.
Los
últimos datos dados a conocer por el UNICEF ponen de
manifiesto que el tétanos causa cada año la
muerte de 140.000 recién nacidos y de 30.000 madres
y que la mayoría de estas muertes tienen lugar en África
y en el sur y este de Asia (y muy especialmente en la India).
¿Qué
es el tétanos?
El
tétanos es una enfermedad aguda, potencialmente mortal,
producida por la toxina de una bacteria (Clostridium tetani).
El
Clostridium tetani se encuentra ampliamente distribuido en
todo el mundo. Es un contaminante habitual del suelo, hierba,
polvo, etc. y está presente en las heces de determinados
animales (especialmente herbívoros) y del ser humano.
La
bacteria penetra generalmente en el organismo a través
de una herida traumática (golpe, corte o mordedura)
y muy especialmente en el caso de las heridas “sucias”,
esto es, contaminadas por tierra o productos orgánicos.
Una vez dentro del tejido, el Clostridium tetani comienza
a proliferar e inicia la producción de una toxina que
poco a poco se difunde por todo el organismo.
Tras
un periodo de incubación que dura por término
medio entre 3 y 14 días, empiezan a aparecer contracciones
de diferentes grupos musculares (de la cara, cuello, tronco
y extremidades), pudiéndose producir la muerte por
parada respiratoria o por arritmia severa.
El
tétanos neonatal
Se
denomina así al tétanos contraído en
el momento del nacimiento o días después. En
este caso, el Clostridium tetani penetra en el organismo a
través del cordón umbilical cuando el corte
del mismo se realiza mediante instrumentos contaminados, o
días después al manipular el muñón
umbilical sin las mínimas condiciones de asepsia.
En
el caso del tétanos de las madres, la bacteria usa
como puerta de entrada el propio aparato genital de la mujer
en el momento del parto o en el postparto inmediato. Y son
precisamente las malas condiciones higiénicas en las
que habitualmente tiene lugar dicho parto las que favorecen
el proceso infeccioso.
¿Se
puede prevenir?
El
tétanos (tanto el neonatal como el de las madres) es
una enfermedad fácilmente prevenible, por lo que podría
ser casi completamente erradicada con dos medidas relativamente
sencillas y baratas: la primera, garantizar que el parto (y
el acto posterior de la sección del cordón umbilical)
tenga lugar con las debidas condiciones de asepsia y antisepsia
y la segunda inmunizar a todas las madres durante la gestación
mediante la vacunación antitetánica.

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